En un mundo lleno de riqueza cultural y tradiciones, los juegos juegan un papel fundamental en la enseñanza y la celebración de la diversidad. África, un continente rico en historia y costumbres, no es ajeno a esta realidad. A través de generaciones, los africanos han transmitido su sabiduría y valores mediante una gran variedad de juegos tradicionales. Estos juegos, más allá de ser simples pasatiempos, tienen un significado profundo y unen a las comunidades en torno a la diversión y la camaradería.
En este artículo, exploraremos tres fascinantes juegos africanos que destacan por su simplicidad, ingenio y valor educativo. Estos juegos, Abumbutan de Nigeria, Adán y Eva de Sudáfrica y Agiyé de Marruecos, nos muestran cómo la creatividad y la conexión humana se expresan a través de la diversidad de juegos que el continente africano tiene para ofrecer.
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Hoy los niños son educados desde muchos frentes: la familia, la escuela, sus compañeros de juegos y estudios, los medios de comunicación cada vez más numerosos y menos controlados, los juegos y los videojuegos. Muchos de ellos llevan un educador informal en sus bolsillos, aún sin tener edad para ello (si, el teléfono móvil). Y desde luego, no todos los mensajes, no todos los estímulos, no toda la educación que reciben es positiva, tampoco la educación en valores.
Empezamos con el primero de los juegos africanos, Amumbutan
Este es un juego de origen nigeriano para el que solo necesitamos un palo de unos 25 centímetros y un suelo con arena.
Se entierra el palo en un montón de arena de forma que sobresalga unos diez centímetros. Los jugadores deciden el turno de juego. Al que le corresponde comenzar toma un puñado de arena del montón y lo deja en un lado. El siguiente jugador toma otro puñado y hace lo mismo. El proceso se repite hasta que el palo cae al suelo. En ese momento el jugador que dejó caer el palo sale corriendo perseguido por el resto. Su objetivo es llegar hasta un lugar designado como «casa» antes de comenzar el juego. Puede ser un árbol, una piedra, etc. Si consigue llegar hasta la «casa» sin que nadie lo toque, no sucede nada y el juego vuelve a comenzar. Si, por el contrario, alguien consigue tocarlo antes de que alcance la «casa» se anota un punto de penalización. Cuando un jugador tiene un número de penalizaciones previamente acordado, queda eliminado.
Existe también la variante no competitiva del juego donde el punto de penalización es sustituido por una penitencia que suele consistir en transportar sobre las espaldas a todos los jugadores, desde el espacio designado como casa hasta el lugar donde se encuentra el palo. En este caso, cumplida la penitencia, el juego vuelve a empezar y no hay eliminados.
En el siguiente vídeo de nuestro canal, le hemos adaptado para que dos equipos se enfrenten. El primer equipo que tira el palo, es el derrotado.
Adán y Eva
Para este juego Sudafricano solo necesitamos dos telas que hagan de vendas para los ojos.
Todos los jugadores forman un corro alrededor de dos, un chico y una chica, que llevan los ojos tapados con una tela. El chico hace de Adam («Adán») y la chica de Eve («Eva»). Cuando el juego comienza, el chico trata de llegar hasta la chica y ésta, su vez, intenta que esto suceda lo más tarde posible. Ninguno de los dos jugadores puede salir del círculo, las personas que lo forman hacen de barrera. Cada vez que el chico grita: «¡Eva!», la chica debe gritar: «¡Adán!», lo que les permite al uno y a la otra intuir la posición de su compañero. Cuando el chico logra llegar hasta la chica, dos nuevos jugadores son elegidos para hacer de Adán y Eva.
Agiýe
En este juego originario de Marruecos, no necesitamos ningún material.
Todos los jugadores se sientan en el suelo, formando un círculo, excepto uno que ocupa el centro del círculo. El que está en el centro coloca sus manos en su nuca y se desplaza a la pata coja tratando de tocar, con su pie de apoyo, a cualquiera de los jugadores que están sentados. Estos pueden moverse, retirándose hacia detrás pero no les está permitido levantarse. Cuando el que está en el centro toca con su pie a alguno de los que forman el círculo, ambos jugadores intercambian sus papeles. El nombre del juego, «agiyé» («grito»), es debido a que los jugadores que forman el círculo gritan durante todo el juego para provocar al que está en el centro.
Los juegos tradicionales africanos son una ventana al alma de una cultura, una forma de conectarse con el pasado mientras se celebra el presente. Abumbutan, Adán y Eva, y Agiyé son solo tres ejemplos del vasto tesoro de juegos africanos que fomentan el compañerismo, la estrategia y la diversión. A través de estos juegos, podemos apreciar la sabiduría acumulada de generaciones pasadas y aprender cómo las comunidades africanas han preservado y transmitido sus tradiciones a lo largo del tiempo.
Al sumergirnos en la rica diversidad de juegos africanos, recordemos la importancia de apreciar y respetar las culturas del mundo. Estos juegos nos recuerdan que, independientemente de nuestras diferencias, compartimos una humanidad común que se expresa a través del juego, la risa y la conexión. Sigamos explorando, aprendiendo y valorando las diversas tradiciones que enriquecen nuestro mundo global.