En el post de hoy vamos a aclarar de forma somera la necesidad de establecer reglas y límites en los niños, una batalla que, como educadores debemos dar siempre, aunque parezca cada vez más perdida.
Vamos a empezar aclarando primero los conceptos normas y límites en los niños, y porqué son tan necesarios.
Definición de reglas y límites
Podemos decir que las normas son las reglas que determinan nuestro comportamiento, nuestras relaciones sociales y de convivencia. Son mensajes claros y directos que modifican el comportamiento.
Los límites marcan hasta donde deben llegar nuestros comportamientos para que no interfieran en los de los demás. Son aquellas prohibiciones que se imponen dentro de cada norma. Se necesitan para que los niños se sientan seguros y protegidos y que sepan a que atenerse en situaciones en las que pueden surgir dudas.
Principales características de las normas
a) Las normas serán más educativas y efectivas si se acercan a estos parámetros:
- Pocas: A medida que los niños las vayan incorporando, asumiendo y cumpliendo, podremos introducir otras nuevas.
- Han de ser claras, sencillas y comprensibles para el niño. Deben permitir saber qué hacer y qué no. Las consecuencias de su no incumplimiento han de ser previsibles.
- Mejor formularlas en positivo: No han por qué ser necesariamente prohibiciones.
- Razonadas se asumen mejor: Hay que explicar el por qué, la necesidad de cada norma. Es mejor que surjan del diálogo a que deban que ser impuestas.
- Razonables: Adaptadas a cada situación, las necesidades y las características de los niños.
- Firmes: Pero flexibles, adaptables en situaciones concretas.
- Que puedan ser revisables.
- Consensuadas: Los educadores (o si hablamos en el ámbito familiar, los tutores) deben llegar a un acuerdo antes de establecer las normas.
b) Es tan necesario que las normas tengan las características adecuadas como el que se apliquen de forma apropiada. Se penalizará su su transgresión o se reforzará su cumplimiento. Algunos consejos que podemos emitir:
- Debemos hacer una aplicación justa y coherente: No nos dejaremos lleva por el mal humor, nerviosismo, presencia de extraños, deseo de mostrar nuestra autoridad o el propio interés.
- Su aplicación ha de ser inmediata en la medida de lo posible y debidamente apropiada en intensidad.
- Aplicación ligada a la conducta o actitud inadecuada con la que se ha incumplido la norma. Hay que dejar claro que se le respeta se le respeta como persona ( o se le quiere si la relación es familiar) pero que no nos gusta ese comportamiento en concreto.
- Aplicación positiva. No debemos olvidarnos de reforzar las conductas apropiadas con alabanzas o pequeños premios.
¿Por que son buenas las normas y límites para los niños?
– Otorgan seguridad y confianza. Si saben de antemano que es lo que tienen que hacer y las consecuencias de sus actos estarán más tranquilos.
– Ayudan a los niños a ir creando su propia autodisciplina. Ésta llegará en tres etapas: primero, el niño prueba los límites; después provoca a los demás para ir sabiendo qué está mal y que no; finalmente hace suyas esas normas. Por lo tanto, cada vez serán más autónomos.
– Los prepara para afrontar la vida adulta. Aprenden que no obtendrán todo lo que quieren o no siempre en el momento en el que lo desean.
Es bueno decirle al niño “no” en ocasiones concretas para que sepa encajar fallos y decepciones, para que aprenda a reaccionar ante ellos y no vea afectada su autoestima.
Algunas técnicas para establecer límites y normas
– Prohibir las cosas con claridad: “no se puede correr por este pasillo”, en lugar de “¿crees que el pasillo es una pista de atletismo?”. Los niños no necesitan ambigüedades.
– Ofrecer alternativas: “puedes jugar en la habitación o en el patio”.
– Usar un tono serio pero no enfadado a la hora de expresar las normas. Buscar o provocar el momento adecuado para expresarlas, cuando sepamos que nos van a poner atención. No podemos decir las cosas medio en broma, el niño ha de captar la seriedad del asunto.
– Mandar en positivo: “da gusto ver las paredes de esta casa cuando están limpias”, en lugar de “no manches las paredes”.
Para construir este tipo de órdenes es mejor indicar la función del objeto a la vez que se marca el límite: “la goma sirve para borrar, no para comértela”.
– Pon normas están para las acciones no para las actitudes, hay cosas que no se ordenan, se educan y transmiten. Podemos decirle “siéntate bien, no hables mientras comes…” pero no “te ordeno que te intereses en tus estudios”.
– No les faltes al respeto por supuesto. Se deben evitar ironías, insultos, desprecios, etc.
– Lo mejor es implicar a los niños en la elaboración de las normas. Es necesario que ellos den su opinión porque a veces no sabemos exactamente qué es capaz de controlar según su edad, aunque sabiendo siempre cual es el camino que debemos tomar.
Hasta aquí llegamos con el artículo que hemos querido dedicar a las reglas y límites en los niños. Esperamos que haberte hecho recordar algunas cosas interesantes a la hora de trabajar en el sector del ocio y tiempo libre y la educación no formal.